'Game over' al cáncer
Nanodoc es un juego online que permite a los usuarios 'de a pie' -no hace falta estar titulado por el MIT en nanoingeniería- manipular nanopartículas para avanzar en el tratamiento del cáncer. La plataforma combina una función lúdica -el juego-, pedagógica -tutorías intercaladas a lo largo de la partida- y científica dado que las estrategias de los jugadores con mejor puntuación serán consideradas por el equipo de Nanodoc para implementarlas in vitro.
Si uno se anima, jugar es fácil. Dar con el resultado, un pelín más complicado. El juego recrea un escenario en el que hay que administrar nanopartículas a un paciente con el objetivo de matar a las células cancerígenas, pero sin dañar a las buenas. Así, uno tiene que saber manejar dosis, tamaño o el cargamento de las nanopartículas hasta dar con su diseño perfecto. El logro es convertirse en un Nanodoc, en lo personal, y contribuir a la ciencia, en lo colectivo. He aquí la presentación del juego.
Esta iniciativa de crowdsourcing -estrategia participativa que consiste en externalizar tareas a una comunidad- es fruto de la investigación en nanomedicina que se lleva a cabo en uno de los laboratorios del Instituto Koch de investigación del cáncer del MIT. Una de las colaboradoras del proyecto es la doctora en Ingeniería y especialista en robótica, Sabine Hauert, que compagina sus actividades entre el MIT y la universidad de Bristol.
Me reúno con ella en el MIT y me comenta las bondades de la plataforma en la que hasta ahora han participado 3.500 usuarios que han dejado más de 80.000 simulaciones en la base de datos. La primera pregunta es obvia... "¿Pero sin tener ni idea de qué es una nanopartícula, como puedo yo ayudar en la investigación del cáncer?", le pregunto.
"A medida que el juego avanza, hay cada vez más parámetros y combinaciones que configurar. En el laboratorio, optimizar todos esos parámetros nos lleva mucho tiempo y recursos hasta dar con los algoritmos adecuados para reproducir cada escenario. Y no siempre funciona. Lo sé por mi experiencia a lo largo de mi tesis. En cambio, Nanodoc nos permite que la gente practique y dé con soluciones que ni nosotros hemos previsto. El objetivo es llevar esto a la experimentación in vitro o in vivo", contesta la científica.
Así, entramos en la complejidad de las nanopartículas. ¿Qué las hace tan especiales?. Hauert destaca las ventajas de sus medidas. "Miden entre 1 y mil nanómetros, algo más pequeño que el diámetro de un pelo. Cuando las inyectamos en la sangre, se quedan en la circulación. No como los medicamentos habituales que, al ser incluso más pequeños, se infiltran en todo el cuerpo y desencadenan efectos secundarios en todas partes. Es el caso de la quimioterapia, por ejemplo".
Y no sólo eso, además, las nanopartículas pueden ir cargadas de otras moléculas que se enganchan directamente a las células cancerígenas. "Es como un sistema de llave y cerradura: el tumor y las nanopartículas se enganchan. Cargamos a las nanopartículas con medicamentos para que reduzcan los efectos de las células dañinas. También podemos rastrear su movimiento. Son miles las cosas que podemos hacer con ellas, como conocer su interactúan entre ellas o con otros elementos", comenta Hauert.
En los avances de la investigación con nanopartículas en lucha contra el cáncer, al margen de Nanodoc, la científica destaca el uso de láseres externos que calientan las nanopartículas y hace que liberen su carga de una forma más efectiva. Esta técnica se ha empleado también para avanzar en el control sobre la coagulación de la sangre.Aquí, el perfil de la investigadora es clave. Anteriormente, como objeto de sus tesis, Hauert trabajó en el desarrollo de drones que se comunican entre ellos en el aire para optimizar una tarea como, por ejemplo, rastrear a vista de pájaro una zona catastrófica. Con las nanopartículas es lo mismo, "necesitamos desarrollar un comportamiento entre ellas para hacerlas más efectivas en el tratamiento del cáncer".
'Serious games'
Nanodoc no es el primer ejemplo de juego online que pretende echar una mano a la ciencia. Bajo la denominación de 'serious games', estos se definen como proyectos que usan la tecnología de los videojuegos para avanzar en otras áreas como salud, educación o marketing. El sector con una convenciçon en Bilbao que ya va por la tercera edición.
El caso más sonado en el campo científico es el de 'Fold It', un tipo de puzzle que reta al jugador a doblar estructuras de proteínas. En 2011, los jugadores supieron descifrar la estructura de una encima responsable del SIDA en tan sólo diez días, algo que los científicos llevaban estudiando cerca de 15 años.