martes, 19 de noviembre de 2013

Cuando el sexo duele y arde


Ilustración de SANTIAGO SEQUEIROS




Una de las disfunciones sexuales más frecuentes en la actualidad es la dispareunia, o lo que es lo mismo, coito dificultoso o mal coito. Según los expertos, su promedio de aparición es de cerca del 30% y, por regla general, su causa suele ser de tipo orgánica. Pero hay otros factores que pueden propiciar su aparición. Uno de ellos es el síndrome de vestibulitis vulvar.
"El síndrome de vestibulitis vulvar (SVV) es la causa más común de dispareunia en mujeres en edad reproductiva. Consiste en dolor a nivel vestibular de causa desconocida y que puede afectar de forma importante a la salud psicológica y sexual de la mujer, principalmente en las relaciones sexuales. Esto puede ser causa de ansiedad, depresión, disminución de la libido, disfunción orgásmica y problemas de pareja", explica a EL MUNDO Alejandro Rodríguez, responsable de la Unidad de Ginecología-Estética del equipo Gine4 de HM Hospitales.

Molestias, dolor y ardor

Para diagnosticar vestibulitis vulvar, añade por su parte la doctora Margarita Benedicto, ginecóloga del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid), tiene que existir dolor intenso al toque vestibular, flacidez a la presión localizada en el vestíbulo y enrojecimiento o eritema vestibular. "Pero, en nuestro centro -añade- rara vez o nunca realizamos este diagnóstico clínico debido a las dificultades para definir este síndrome y las dudas sobre su real existencia".
Pero este síndrome no es una patología aislada, sino que está clasificado como un subgrupo dentro del cuadro clínico de lavulvodinia, una afección que alcanza el 10-15% de las pacientes que acuden a las consultas de Ginecología general, y cuyas principales características son: molestias, dolor y, sobre todo, ardor. Sin embargo, en nuestra sociedad, poco o muy poco se sabe de ella. Además, "se piensa que está infradiagnosticada", puntualiza el experto.
La vulvodinia, también conocida como dolor vulvar crónico, informa Rodríguez, se define como ardor, molestias o dolor a nivel vulvar, sin relación con una alteración específica, y con aspecto normal de la vulva en la mayoría de las ocasiones. "La afectación puede ser generalizada en toda la vulva, o bien localizada, afectando sólo a una parte de esta", puntualiza.

Estudio y revisión

El último número de la revista científica The Journal Sexual of Medicine publica un estudio, elaborado por investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de Monteral (EEUU), que hace una revisión de esta afección y en concreto del SVV, por ser una de las mayores causas de dolor en las relaciones sexuales, provocando de este modo problemas y malestar en las relaciones de pareja. "Es muy importante examinar los factores interpersonales, tanto de las mujeres como también de sus parejas en todos los diseños de estudio", aseguran sus autores.
Por su parte, la docta Benedicto opina que, a pesar de lo que afirman los autores del artículo, "la vulvodinia sin causa aparente, aunque presente los criterios de la vestibulitis vulvar, es un trastorno de muy probable origen psicosomático. Es muy difícil descartar un origen psicógeno de los síntomas si no se realizan estudios de psicología profunda, lo cual está ausente de la mayoría de los artículos que hablan de este síndrome. Por otra parte, en la sanidad pública española es imposible contar con psicólogos clínicos y/o sexólogos para estudiar y en su caso tratar este tipo de casos".
Según explica Javier Molina, psicólogo especialista en sexología del equipo Gine4 de HM Hospitales, a nivel psicológico estas afecciones significan incomprensión de la sintomatología, búsqueda frustrante de soluciones ante reacciones físicas desconocidas, ansiedad en las relaciones sexuales, distanciamiento de su propia sexualidad y a veces de su pareja, reducción de la frecuencia y calidad de las relaciones: "El placer se convierte en miedo por los síntomas que pueden presentarse", afirma. También, pueden suponer desorientación y normalmente encadenamiento de disfunciones sexuales secundarias.
Por eso, en la mayoría de las ocasiones, es fundamental contar con apoyo y consejo a nivel psicológico. A pesar de que la etiología es desconocida, a nivel clínico se le atribuye, según informa Rodríguez, un origen multifactorial que podría venir determinado por factores infecciosos, inmunológicos, genéticos, hormonales, neurológicos, inflamatorios o metabólicos. Por otro lado, y a nivel psicológico, "se especula que los factores que pueden crear, y en parte mantener, el problema son una educación no normalizada de la sexualidad, fobias, miedos ante un dolor indeterminado o el rechazo ante las relaciones sexuales, sea cual fuere la causa", expone Molina.
De este modo, asegura que se ha observado un patrón psicológico similar de paciente que sufre de vaginismo y también de dispareunia por causa psicológica, al perfil de paciente con vulvodimia. "Eso nos ha llevado a la creencia de que un posicionamiento disfuncional ante el sexo puede generar y/o mantener trastornos sexuales diversos".

Apoyo y consejos sexual

Es fundamental, agrega Rodríguez, que las mujeres conozcan la existencia de esta patología y sus síntomas para que así consulten a su ginecólogo, ya que no se trata de una patología infrecuente. Además, "es importante saber que con bastante frecuencia se asocia a la dispareunia y, a veces, éste puede ser el único síntoma".
Por otro lado, para su diagnóstico, afirma el experto, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con una correcta anamnesis y una minuciosa exploración física que descarte otras causas de dolor crónico y que permita orientar el tratamiento que suele ser farmacológico o con medidas físicas y rehabilitación, quedando la cirugía relegada a casos resistentes o muy concretos. "En muchas situaciones precisa de apoyo psicológico, consejo sexual y terapia de pareja", mantiene.
Del mismo modo, la doctora Benedicto aconseja que "si una paciente presenta dolor vulvar, debería acudir al ginecólogo para descartar cualquier enfermedad de las que están claramente definidas". Una vez descartadas, la experta recomienda ponerse en manos de un buen psicólogo o sexólogo
Así, concluye por su parte Molina, "se apuesta porque las mujeres y parejas busquen un entorno de intervención multidisciplinar y que no se den por vencidas aunque ya crean que lo han intentado todo. Que exploren y mejoren su sexualidad más allá de la mera genitalidad, que hagan por percibir el problema como temporal, y que no descuiden la relación de pareja. La vulvodinia no ha de posicionarse en el centro de una relación".

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